Parábola del
chorizo. Comedia.
(2004). En un estado paternalista,
los gobernantes, preocupados por la salud de sus ciudadanos y los gastos que
las enfermedades generan al erario público,
han promulgados leyes muy
restrictivas que penalizan el consumo de grasa. Bajo la escrupulosa vigilancia
de su Inspector de zona, sobreviven, contraviniendo las leyes, Chari y Dego, seres
marginales que trafican con chacinas variadas, productos del cerdo ibérico, de
consumo prohibido.
Pero las leyes se han hecho para que algunos las incumplan:
traficantes de chacinas, mataderos clandestinos de cerdos ibéricos, grupos
subversivos que se oponen al exterminio de cerdos decretado por el gobierno,
consumidores irredentos de grasas,
gordos mal vistos por una sociedad parafascista en la que se vive pendiente de
la salud y de la belleza –léase delgadez– pululan por la obra, como parábolas
delirantes de los comportamientos sociales y políticos actuales. Obra en clave
de humor, retrata con ironía los tentáculos del poder, la manipulación
mediante mass media, la creación tutelada de opinión pública capaz de criminalizar
comportamientos inocuos en aras de intereses pretendidamente
superiores, la capacidad, en fin, que todo estado tiene, de reprimir y alienar
con leyes y consignas.
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